El año pasado la población urbana igualó a la población rural en el planeta.
Lavarse la cara al despertar en un río de aguas cristalinas, caminar por un bosque hacia algún destino, calentarse con leña e hipnotizarse con las llamas de las crujientes ramas va siendo ya algo extraño.
Esta calandria durante miles de años se posaba sobre ramas, hoy, adaptada, se posa en cables y barandas... no me opongo al progreso, pero a veces soy "nostalgioso"...