Tal vez subestimamos el día a día. Nos dejamos seducir -y nos sentimos presionados- por el mundo deslumbrante de los medios, que crea la ilusión de que sólo en el futuro, cuando tengamos el dinero necesario o el tiempo suficiente, podremos empezar a vivir. El ahora casi nunca se aprecia. Quizá ni la esposa ni el esposo y tampoco el trabajo, la ciudad, el vecino o los muebles de toda la vida reciban la mirada de aprecio que merecen. Lo normal casi nunca es suficiente...
De "El elogio de la lentitud" de Owe Wikström
2 comentarios:
Es verdad, Juan, uno está siempre apurado, preocupado por acontecimientos que aún no llegan, o haciendo planes para el mañana... a veces incluso se postergan cosas para más adelante y el hoy, el momento presente va quedando atrás.
Voy a tener en cuenta el libro al que haces referencia con este fragmento, me parece interesante.
La foto, me recordó una canción muy linda, de María Elena Walsh que dice algo así como: "me gusta sentir que mis pies tienen raíz".
Un abrazo, y carpe diem
Llegué de casualidad.
Bellísima foto, me transmite muchísima paz,y casi que me imagino la sensación húmeda y acolchonada bajo los pies.
Lindísimo.
María
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